Depende de tu objetivo, de la cantidad de cambio que buscas y del estado de tus dientes. Las carillas de porcelana ofrecen mayor estabilidad de color, mejor resistencia al desgaste y una estética muy natural gracias a su translucidez; son ideales para cambios duraderos y exigentes.

Las carillas de composite permiten ajustes rápidos, son más económicas y reversibles o reparables en clínica, aunque con el tiempo pueden perder brillo o pigmentarse antes que la cerámica. En el Estudio Estético te mostramos opciones y una simulación para decidir con criterio.

No siempre. En muchos casos realizamos preparaciones mínimas o incluso no-prep cuando la posición, el color y el volumen lo permiten, priorizando la preservación del esmalte.

Si se necesitan correcciones de forma, alineación o color más intensas, el tallado es selectivo y conservador, definido tras el diseño digital y el mock-up para mantener la mayor cantidad de diente sano posible.

Con buenos hábitos y mantenimiento, las carillas de porcelana suelen ofrecer 10–15 años o más de servicio; las de composite acostumbran a requerir pulidos o retoques con mayor frecuencia y un reemplazo antes.

La longevidad depende de la mordida, higiene, hábitos como el bruxismo y revisiones periódicas. En el plan por fases te indicamos cuidados, férulas si son necesarias y la expectativa realista de cada material.

Sí, a menudo es la mejor estrategia: primero alineamos con Invisalign para reducir el tallado y optimizar la simetría; después diseñamos y colocamos las carillas con el color y la forma definitivos.

Este enfoque escalonado mejora la integración estética y funcional y permite un resultado más conservador. Lo planificamos con escáner, fotografías y diseño digital de sonrisa para que veas el objetivo antes de empezar.